EL IMPERIO ROMANO
El Imperio romano fue una etapa de la civilización romana en la Antigüedad clásica, posterior a la República romana. El nacimiento del Imperio viene precedido por la expansión de su capital, Roma, que extendió su control en torno al mar Mediterráneo.
Los dominios de Roma se hicieron
tan extensos que pronto fueron difícilmente gobernables por un Senado incapaz
de moverse de la capital ni de tomar decisiones con rapidez. Asimismo, un
ejército creciente reveló la importancia que tenía poseer la autoridad sobre
las tropas para obtener réditos políticos. Así fue como surgieron personajes
ambiciosos cuyo objetivo principal era el poder. Este fue el caso de Julio
César, quien no solo amplió los dominios de Roma conquistando la Galia, sino
que desafió la autoridad del Senado romano.
Bajo la etapa imperial los dominios de Roma
siguieron aumentando hasta llegar a su máxima extensión durante el reinado de
Trajano, momento en que abarcaba desde el océano Atlántico al oeste hasta las
orillas del mar Caspio, el mar Rojo y el golfo Pérsico al este, y desde el
desierto del Sahara al sur hasta las tierras boscosas a orillas de los ríos Rin
y Danubio y la frontera con Caledonia al norte.
El legado de Roma fue inmenso;
tanto es así que varios fueron los intentos de restauración del Imperio, aunque
ninguno llegó jamás a reunificar todos los territorios del Mediterráneo como
una vez lograra la Roma de tiempos clásicos.
Con el colapso del Imperio romano
de Occidente finaliza oficialmente la Edad Antigua dando inicio la Edad Media.
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